01 enero 2021

Bizcocho de turrón

¿Hay algo más navideño que el turrón? A mí no se me ocurre, la verdad. Por eso he querido usarlo como materia prima de esta receta. Las Navidades del 2020  van a ser diferentes, eso está claro, pero no debemos perder el espíritu navideño por ello. Las reuniones serán más pequeñas, vale, pero los turrones, mazapanes y mantecados no deben faltar. 
Hoy nos metemos en la cocina para hacer un bizcocho, ideal para trocear y degustar en familia acompañado de un buen café calentito. Y para que sea más navideño, será de turrón. En este caso usaremos el de Jijona (o como decimos aquí en el Sur, turrón del blando). Esta variedad se caracteriza porque durante su elaboración se muelen las almendras junto con miel, algo que le proporciona esa textura pastosa tan característica...y apetitosa.
Vamos a ello.



   Ingredientes:
200 gr. de turrón de jijona.
3 huevos.
1 yogur natural.
1 medida del vasito del yogur de aceite de girasol.
3 medidas del vasito del yogur de harina.
2 medidas del vasito del yogur de azúcar.
1 sobre de levadura en polvo.

   Preparación:
Más fácil imposible. Para empezar, mezclamos los huevos, el yogur, el azúcar, el aceite y el turrón desmenuzado (yo lo he hecho con las manos) y lo batimos todo bien con un batido a mano.


Luego añadimos la harina y la levadura y volvemos a batir. Echamos la mezcla en un molde untado con mantequilla y harina, para que no se pegue y lo metemos en el horno precalentado a 180º C durante 45 minutos.


¡A merendar!

21 diciembre 2020

Pastel de atún y salmón

La receta que hoy os traigo es muy sencilla e ideal como primer plato, aperitivo o guarnición.
Es un plato fantástico de cara a estas fiestas que se aproximan ya que es una gran opción para compartir.  ¡Ojo! Que para el veranito viene muy bien también porque es un plato que se consume frio.
El alioli, la salsa de tomate o la mayonesa pueden ser aliados de confianza a la hora de servirlos. Una buen idea es trocearlo en lingotes, colocarlos en una fuente y acompañarlos de varios tipos de salsa. Así, cada uno elegirá con qué consumirlo. 
Si lo pensáis bien, el procedimiento es el mismo que el de la quiché, aunque se hace sin base alguna. Vosotros llamadlo como queráis pero llamadlo...y probadlo, que de verdad vale la pena.
Comenzamos.





   Ingredientes:
300 gr. de atún en conserva al natural.
100 gr. de salmón ahumado.
3 huevos.
100 ml. de nata líquida.
3 cucharadas de tomate frito.
1/2 cebolla.
Aceite de oliva.
Sal y pimienta.

   Preparación:
Comenzamos picando la cebolla bien finita y rehogándola en una sartén con un poco de aceite de oliva. Cuando esté transparente, la retiramos del fuego y la dejamos enfriar.
Por otro lado, escurrimos muy bien el atún en conserva y lo desmenuzamos. Lo ponemos en un bol y añadimos el salmón picado bien fino. Mezclamos bien.


A continuación, añadimos al bol el tomate frito y la cebolla ya fría (escurriéndole el aceite del sofrito). Volvemos a mezclar y terminamos agregando la nata líquida. Movemos todo bien intentando que quede lo más ligado posible.
Lo siguiente será batir los huevos e incorporarlos a la mezcla anterior. Cuando todo esté bien mezclado, lo echamos en un molde tipo "plum cake" untado con aceite para que no se pegue y podamos desmoldarlo bien.


Ya sólo nos queda hornear nuestro pastel a 180º C durante unos 40 minutos o cuando veamos que está cuajado.
Con mayonesa está de vicio.
¡Buen provecho! 

29 noviembre 2020

Risotto de calabaza y gorgonzola

Lo reconozco, me encanta la calabaza en todas sus variantes. Y, aunque soy más de verano, considero que el otoño tiene su encanto, sobre todo culinario. Para el plato de hoy, la usaremos junto a dos ingredientes de mucho peso: arroz y queso gorgonzola. 
Para el que no lo conozca, el gorgonzola es un tipo de queso italiano, elaborado con leche de vaca y que proviene de Gorgonzola, una pequeña ciudad cercana a Milán, de la que toma su nombre. Viene a ser como la variante italiana del roquefort francés o del stilton inglés pero con una salvedad, ya que el gorgonzola tiene dos variantes: la picante y la dulce. 
Obviamente, el gorgonzola picante es mucho más apto para disfrutarlo solo, con una copa de vino o un vermut, que para la cocina. El motivo es que su sabor es mucho más intenso y podría nublar el del resto de ingredientes.  Por eso hoy usaremos la variante dulce. Comenzamos.



   Ingredientes:
250 gr. de arroz especial para risotto.
100 gr. de calabaza
8 champiñones
50 gr. de queso gorgonzola dulce
1/2 cebolleta
1 chorreón de ron
Caldo de verduras
Aceite de oliva virgen extra
Sal y pimienta

   Preparación:
Comenzamos pelando y picando la calabaza en pequeños trozos. También picamos la cebolleta y los champiñones. Los tres ingredientes los rehogaremos en una cacerola hasta que reduzcan a la mitad su tamaño (unos 20 minutos a fuego medio-bajo y sin dejar de vigilarlos).


A continuación, subimos el fuego, añadimos el arroz y removemos hasta que se tome un color parecido al nácar. Volvemos a bajar el fuego, agregamos el ron, cocinamos un minuto y empezamos a añadir caldo de verdura. Lo más importante es que el caldo esté caliente. Así que lo ideal es calentar una taza en el microondas, añadirla y esperar a que se consuma el líquido para añadir otra. Y así hasta que el arroz esté al dente. En mi caso, el arroz toma la consistencia indicada tras añadir dos cacitos y medio de caldo, pero cada fuego y cada cocina es un mundo así que tendréis que ir probando los granos para saber que están en su punto.


Una vez que el arroz esté listo, retiramos la cazuela del fuego, agregamos el queso y removemos para que se vaya fundiendo y dando sabor a cada rinconcito de esta receta.
¡Buon appetito!
 

22 noviembre 2020

Estofado de ternera

La verdad es que no sé si hay mucha diferencia pero en mi tierra, al estofado de ternera le llamamos `papas guisadas con carne´, lo que deja abierto el campo de los ingredientes, ya que la carne puede ser de cerdo, cordero, conejo, pollo...
Este plato es tremendamente fácil, económico y altamente nutritivo. Además, es apto para dietas de adelgazamiento (ya que la única fuente de grasa de contiene es algo de aceite de oliva) y muy recomendable para comer fuera de casa con una fiambrera, debido a que, como buen guiso, no hace falta comerlo de inmediato. Es más, dicen los expertos que este guiso sabe mejor `de un día pa otro´.
La clave de este plato es el tiempo. La carne manda y en este caso debemos ser pacientes porque la ternera necesitará estofarse a fuego lento y con la olla tapada para que adquiera todos los sabores. Comenzamos.



   Ingredientes:
500 gr. de magro de ternera troceado.
1 tomate.
3 patatas grades
1/2 tomate verde italiano.
1 zanahoria.
4 dientes de ajo.
1 cebolla
1 hoja de laurel
1/2 vaso de vino blanco
Aceite de oliva virgen extra
Sal y pimienta.


   Preparación
Empezaremos, dejando lista la verdura. Para ellos, troceamos los pimientos y pelamos y picamos los dientes de ajo, la cebolla y el tomate. La zanahoria, la pelamos y la cortamos en rodaja. Todo irá al fondo de una olla para que las cocinemos unos minutos en aceite de oliva virgen extra.


 
A continuación, agregamos la ternera cortada en tacos, salpimentamos, incorporamos la hoja de laurel y cocinamos un par de minutos para que la carne se marque. Añadimos el vino blanco y al minuto agregamos agua hasta cubrir la carne. 
Cocinaremos a fuego vivo durante 50 minutos aproximadamente o hasta que la carne esté tierna (y cuando digo tierna es que casi se deshaga en hebras cuando la pinchemos con un tenedor). Es importante que vigilemos el guiso para que no se quede sin líquido y se pegue. 


Será entonces cuando incorporemos las patatas peladas y troceadas en tacos no muy pequeños. Su cocción serán 20 minutos. Entonces tendremos listo el estofado. Lo ideal sería que no quedara ni seco ni caldoso, sino con el líquido justo, pero no me atrevo a deciros qué cantidad de agua tenéis que añadir porque cada olla y fuego es un mundo y pueden variar la cantidad de caldo consumido. Así que vigilad la receta e id añadiendo agua conforme el estofado lo requiera. 
¡Bueno provecho!
 

25 octubre 2020

Tarta de almendras

Estoy haciendo memoria y no logro recordar una fiesta de cumpleaños en mi familia sin la presencia de esta tarta. No se si los "derechos de autor" son de mi madre, de mi tía Jose o de mi tía Nena. Lo que si sé es que mi primo Pedro, mi primo Juanan y yo somos los encargados de seguir el legado...y mi hermano Juan sigue siendo el catador oficial (ese puesto no hay quién se lo quite).

Esta receta, además de ser exquisita, es fácil, rápida y ligera (que no light). Su textura de flan la convierte en el perfecto "fin de fiesta" para un buen banquete.

Además, no es obligatorio que uséis almendras. Si preferís, podéis usar avellanas, cacahuetes...
Comenzamos.




   Ingredientes:
5 huevos
1 vaso de leche
1 vaso y 1/4 de azúcar
22 galletas María
150 gr. de almendras
Sirope de caramelo (o del que prefiráis)

   Preparación:
Para comenzar nuestra tarta necesitamos un molde de unos 3 ó 4 dedos de profundidad. Cubrimos su base de caramelo líquido (o con el sirope que elijamos) y reservamos mientras preparamos el resto de la receta.


A continuación, batimos todos los ingredientes juntos con una batidora y vertemos la mezcla sobre el caramelo.
El molde lo metemos en uno mayor con un poco de agua (al baño María) y los introducimos en el horno, previamente calentado, a unos 200ºC.



Nuestro dulce estará listo cuando cuaje, tomando una textura parecida a la del tocino de cielo.
¡Fácil y rica! 

30 agosto 2020

Tabulé con frutos secos y queso feta

La primera vez que probé el cuscús fue el día que me lo preparó mi "madre francesa". Yo tenía 16 años y estaba pasando nos días de intercambio en Mulhouse, un pueblo francés, en plena Alsacia. Recuerdo que, antes de salid de España, nos hicieron rellenar un papel en el instituto con nuestras preferencia culinarias. No sé si lo he dicho alguna vez, pero yo no soy nada amante del cerdo. Las chacina si me gusta pero cualquier parte del cochinito que tenga que ser cocinada, no me gusta, lo siento. Ese fue mi único requisito y a mi "familia francesa" le vino muy bien porque eran de ascendencia turca y profesaban la religión judía. 

Mi corresponsal se llamaba Thalia y su madre cocinaba como los ángeles. Todavía se me hace la boca agua recordando un hojaldre relleno de pollo que una noche hizo para cenar... O la ensalada de lentejas... ¡uuum! También probé allí por primera vez el aguacate, solo con un poco de sal. Algo curioso cuando es mi comunidad autónoma donde se cultivan, pero claro, hace 20 años era raro que en una casa se sacan los pies del plato de la dieta mediterránea del cuchareo.

Un día,  ella me preparó un pícnic porque nos íbamos de excursión y no íbamos a comer en casa. Un sándwich de pavo y un pequeño tupper con un tabulé exquisito. Mis amigos me miraban sabiendo que era la afortunada del grupo y que, además de descubrir lugares de la región, también estaba descubriendo gran parte de su cultura gastronómica. Tuve esa suerte...

El tabulé que hoy os presento no se parece a aquel pero a mí todos me van a retrotraer a ese momento. Espero que os guste. Comenzamos...


   Ingredientes:

200 gr. de cuscús.
100 gr. de frutos secos al gusto (nueces, pistachos, avellanas, almendras...)
100 gr. de frutas deshidratadas al gusto (dátiles, pasas, higos...)
1 limón (usaremos su zumo y su piel)
1 diente de ajo
100 gr. de queso feta
6 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
Menta al gusto.
Sal y pimienta.


   Preparación

Empezaremos poniendo a punto el cuscús. Para ello, yo siempre uso la misma cantidad de agua que de sémola y me queda perfecto. De este modo, en un bol amplio, pondremos los 200 gr. de granos de cuscús y un chorrito de aceite, y por otro calentamos 200 ml. de agua. Una vez rompa a hervir el agua, la agregamos al bol y lo tapamos con un plato durante unos 10 minutos. En ese tiempo, el grano absorberá  el líquido y solo tendremos que ir separando los granos con un tenedor. Reservamos en el mismo bol hasta que se enfríe.


A continuación, ponemos los frutos secos en un mortero y los machacamos un poco para que queden trocitos más pequeños. Las pasas las dejamos enteras, pero los dátiles y los higos debemos trocearlos. Todo lo agregaremos al bol. También añadiremos el queso feta. Yo suelo cortar un trozo del bloque y desmeluzarlo con los dedos.


Nos falta preparar el aliño. Para ello, ponemos en un bol pequeño  el aceite de oliva virgen extra, la ralladura de la piel del limón y su zumo. También agregaremos menta picadita al gusto. Y por último, el diente de ajo machacado, algo de sal y algo de pimienta. Vertemos esta mezcla sobre el resto de los ingredientes y a comer.

¡Buen provecho!

16 junio 2020

Pollo a la Coca-cola

No conozco el secreto de la famosa fórmula de la Coca-cola, pero sí que conozco la fórmula para que el pollo quede jugoso y para que con pocos ingredientes nos salga un plato muy original.
La Coca-cola es el refresco más vendido del mundo y se comercializa en más de 200 países. Tiene una historia curiosa. Comenzó siendo una medicina patentada por su inventor, el farmacéutico John Pemberton. Pero algunos años después, la receta fue adquirida por el empresario Asa Griggs Candler, cuyas tácticas de marketing hicieron a la bebida una de las más consumidas del siglo XX.
The Coca-cola Company produce realmente un concentrado de Coca-cola, que luego vende a varias empresas embotelladoras licenciadas, las cuales mezclan el concentrado con agua filtrada y edulcorantes para, posteriormente, vender y distribuir la bebida en latas y botellas en los comercios minoristas o mayoristas. Por eso hay diferencia de sabor dependiendo del lugar en el que la bebamos. Dicen que el sabor del agua del lugar da un sabor característico a cada Coca-cola. 
Hoy no nos va servir para refrescarnos, nos va a servir para chuparnos los dedos.
¡Comenzamos!




   Ingredientes:
8 jamoncitos de pollo
1/2 cebolla
1/2 lata de Coca-cola
1 sobre de sopa de cebolla
Aceite de oliva
Sal y pimienta

   Preparación:
Para empezar, pondremos un poco de aceite de oliva en el fondo de una cacerola y sofreiremos los jamoncitos de pollo hasta que queden doraditos por todas partes. A mí me gusta cocinarlos con su piel aunque luego no la consuma, ya que el calor hace que el pollo suelte un poquito de grasa y la salsa quede más sabrosa.



A continuación, agregamos la cebolla cortada en juliana y la cocinamos durante unos 5 minutos. Seguidamente, Seguidamente, vertemos la Coca-cola y el sobre de sopa de cebolla y removemos bien para que todo quede perfectamente ligado. Añadimos sal y pimienta.



Por último, cocinamos la carne en junto con la salsa durante 20 minutos con la cacerola tapada y moviendo cada poco para que no se pegue. 
Un puré de patatas, unos ñoquis a la plancha o unas clásicas patatas fritas pueden ser el acompañamiento ideal para este plato.
¡Buen provecho!