Por fin ha llegado a mis manos esta receta. Hace unos días, mi compañero y amigo Pedro trajo a la redacción su ordenador para que nuestro informático se lo reparara. Sí, somos cotillas por naturaleza, y no pudimos resistirnos a "bichear" algunas fotos de su infancia (las fotos de nuestras infancias siempre son divertidas, las de nuestra juventud, dignas de morir en la hoguera).
En uno de los retratos aparecia un Pedrito elgante y feliz en su segundo cumpleaños...¿y que vi en el centro?...una tarta que, aún en blanco y negro, provocaba la caída segura de la baba de cualquiera. Pero si buena pinta tenía el pastel, más buena pinta tenía la historia que iba de su mano: Resulta que Pedro nació un 11 de julio, y resulta que justo ese día nuestra selección nos proclamó campeones del mundo de futbol en 2010. La noche de la final del mundial Pedro le rogó a su mamá que le hiciera aquella tarta de chocolate que tanto le gustaba (y le gusta, claro)..y aún hoy no es capaz de saber si le hizo más ilusión el sabor del dulce en su boca o la estrellita sobre el escudo.
Para que veáis que esta historia es absolutamente verídica, os muestro la prueba gráfica (y a su vez un documento entrañable) del momento.
La responsable de esa maravilla hecha tarta es Charo Gómez, la madre de Pedro, y en honor a ella me meto en la cocina (y os animo a todos a hacerlo) a conseguir (o al menos intentar) seguir con su legado.
Aquí os dejo la receta que recibí desde Málaga con amor.
Ingredientes:
2 paquetes de galletas María hojaldradas (de las gordas).
Natillas Flanín El niño.
3 tabletas de chocolate Nestle extrafino.
1/2 litro de leche con canela.
Preparación:
Para empezar, debemos hacer las natillas (leed el dorso de la caja de natillas y seguid los pasos según el fabricante).
Por otro lado, en una olla, derretimos las tabletas de chocolate en un poco de leche (no mucha para que quede consistente).
Con todo listo nos podemos manos a la obra. Vamos mojando las galletas en la leche con canela (también se puede mojar en vino dulce, en café, en leche con coñac, en leche con cacao...) y colocamos una capa sobre la base de una fuente grandecita. Cubrimos esa capa con natillas.
A continuación, repetimos la operación y colocamos encima otra capa de galletas mojadas, y esta vez la cubrimos con chocolate. De esta forma, vamos alternando capas hasta conseguir el grosor de la tarta que prefiramos.
Metedla en la nevera una horita antes de consumirla para que se vuelva más consistente. Y una vez fresca, lo ideal es que, como Charo, rematéis el dulce con algo de merengue (mirad la foto).
¡Espectacular!
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