Imaginad. Suena el timbre y se acerca la hora de cenar o del almuerzo. Os empiezan a temblar las piernas, porque refrescos y cervezas venden en cualquier desavío, pero, que ofrecemos a nuestros invitados (por llamarlos de alguna manera, porque no han sido invitados) para comer. ¿Aceitunas y patatas fritas de paquete?. No, no. Pan, queso y manzana, eso es lo único que necesitáis para sorprenderlos y que se vayan contentísmos...aunque no se que es mejor, porque seguro que se vuelven a presentar sin avisar, a ver que prueban.
Comenzamos.
Ingredientes:
3 manzanas.
50 gr. de mantequilla.
50 gr. de queso azul.
50 gr. de queso de burgos.
4 rebanadas de pan de chapata (o alguno consistente. Nunca de molde).
1 limón.
Preparación:
Para empezar, pelamos y descorazonamos las manzanas. Las cortamos en daditos pequeños y las rociamos con un poco de zumo de limón, para que no se oxiden (y se pongan negras).
Además, preparamos una sartén con un poco de mantequilla y rehogamos los dados de manzana hasta que se doren.
Por otro lado, en un cuenco, desmigamos los dos tipos de queso y los mezclamos con un tenedor.
Lo último será presentar el plato. Para ello, tostamos el pan por una cara, y sobre la que no esté tostada, colocamos una capa de manzana y una de queso encima. Todo está listo cuando lo gratinemos en el horno unos 4 ó 5 minutos. Se deben consumir recién hechas.
Además, preparamos una sartén con un poco de mantequilla y rehogamos los dados de manzana hasta que se doren.
Por otro lado, en un cuenco, desmigamos los dos tipos de queso y los mezclamos con un tenedor.
Lo último será presentar el plato. Para ello, tostamos el pan por una cara, y sobre la que no esté tostada, colocamos una capa de manzana y una de queso encima. Todo está listo cuando lo gratinemos en el horno unos 4 ó 5 minutos. Se deben consumir recién hechas.
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