Como me gusta esta tarta. Y es tan sencilla. De una manera tan simple podéis quedar como reyes en cualquier almuerzo o cenita que se presente. No tiene ingredientes dificiles de conseguir, ni debéis invertir mucho tiempo en ella, ni tan siquiera tendréis que manipular en exceso los alimentos...sin embargo, el resultado es inmejorable. Y si no os lo creéis, probad a hacerla.
Ingredientes:
PARA LA BASE:
200 gr. de harina.
75 gr. de mantequilla.
50 gr. de azúcar glassé.
PARA EL RELLENO:
400 gr. de dulce de leche.
150 g. de nata líquida.
1 huevo.
Preparación:
Antes que nada preparamos la base. Comenzamos mezclando la harina con el azúcar glassé. Va añadiendo poco a poco la mantequilla en pomada y a temperatura ambiente hasta conseguir una masa uniforme. Como siempre, también podemos recurrir a la base de galletas y mantequilla que se usa en la Tarta de dos chocolates o el la New York Cheesecake. O seguir los pasos de la que véis en la foto, que la hice con una lámina de hojaldre que se me iba a estropear.
Esa base la ponemos en un molde de aro desmoldable y la extendemos presionando con la punta de los dedos y haciendo un borde a la tarta como de un centímetro o algo más. La reservamos en la nevera para que se endurezca un poco y tome más consistencia mientras preparamos el relleno.Para hacer el relleno, ponemos en un bol el dulce de leche, a temperatura ambiente, y lo mezclamos con el huevo batido. Mientras, ponemos la nata a hervir, y cuando este a punto la echamos poco a poco mezclando bien con una varilla, pero teniendo cuidado de no incorporar mucho aire a la mezcla.Para terminar, vertemos la mezcla sobre la base, hasta el borde de la masa que hemos hecho con los dedos. Metemos el molde al horno (ya precalentado) a 180º C durante 20-25 minutos.No importa si el relleno no esta cuajado del todo cuando lo saquemos del horno ya que a medida que se va enfriando va tomanto cuerpo.
¡Perfecta!
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