08 marzo 2012

APERITIVOS Y SALSA - Mermelada de tomate con clavo

En esta receta he tenido un gran dilema. No sabía si encasillarla en dulces, en aperitivos...así que he decidido definirla como: salsa. Así podremos encontrarla si nos hace falta como complemento dulce o salado.
Yo la mermelada de tomate la uso habitualmente acompañando a rodajitas de quesito de cabra. Pero podéis usarla también con foie, en tostadas para el desayuno, con cualquier tipo de queso...
La particularidad de esta receta es el clavo. El syzygium aromaticum o clavo de olor, como comúnmente lo conocemos, son las flores sin abrir y secas del árbol del clavo. Seguramente fué bautizado así por tener una forma parecida a los usados en bricolaje.
Son cosechados principalmente en Madagascar, indonesia, india y Sri Lanka, aunque utilizados en las cocinas de todo el mundo.
Los clavo son usados entreros o molidos, aunque su sabor es muy fuerte, por lo que se hace en pequeñas cantidades. Se fuman en los kretek indonesios e incluso se mezclan con marihuana para hacer carrujos. Y en China y Japón sirven para hacer inciensos. Además, están comprobadas científicamente sus propiedades anestésicas. El motivo es la presencia en altas proporciones de una sustancia llamada eugenol, así que si os duele una muela, sólo tenéis que hacer enjuagues con una infusión de clavo...y si lo que buscáis es sorprender a vuestros invitados os aconsejo que sigáis leyendo.
Comenzamos.

   Ingredientes:
1200 gr. de tomates dulces y maduros.
1000 gr. de azúcar.
1 pizca de sal.
4 clavos.
La piel de un limón mediano.

   Preparación:
Para empezar, pelamos y troceamos los tomates. Los ponemos en un bol junto con el azucar y la piel del limón. Ahí los tendremos durante 12 horas en metidos en el frigo.
Lo siguiente que haremos será sacarlos de la nevera, añadirles los clavos y pasar la mezcla a una olla que pondremos al fuego durante 50 miuntos. Es importante que removamos la mezcla habitualmente con una cuchara o pala de madera.
Pasado ese tiempo, retiramos los clavo y ponemos el contenido en el vaso de la batidora y batimos para hacer la mermelada lo más fina posible. Será una cuestión de gustos.
En el caso de que prefiráis que la mermelada quede más basta (con más tropezones, para que nos entendamos), podéis pelar los tomates y despepitarlos. Así, os quedará solo la carne y no tendréis que batirlos al final.
Ya sólo nos queda envasarla en botes individuales para consumirla como más nos guste.
¡Mmmm...!

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