Siempre que tomo horchata me acuerdo de mi abuelo Antonio. A mi no me gustaba, pero veís que él siempre la pedía cuando ibamos a alguna heladería. Mi abuelo era un hombre admirable, con un señor con dos carreras universitarías, cuatro hijos y diez nietos. Y con un cerebro y un corazón hechos exclusivamente para la bondad.
Era un ejemplo para mi y un modelo a seguir, y como tal, un día me pregunté que porqué no me guestaba la horchata, si era la bebida favorita del hombre al que más admiraba. La respuesta era fácil: nunca la había probado. Pues el día que la probé me encantó y ahora siempre la pido, mitad por gusto y mitad por homenaje a don Antonio Ochavo Trejo.
Como sabéis la horchata es una bebida refrescante preparada a base de agua, azúcar y frutos molidos. La hay de arroz, de chufas, de almendras, de ajonjolí y hasta de semillas de melón. Obviamente nuestra receta de hoy la podemos hacer con cualquiera de ellas, pero yo me centraré en la de chufa, que para eso es un producto muy nacional.
Autores persas y árabes ya hablaban en sus escritos de los beneficios digestivos y desinfectantes de las chufas. Aunque al parecer su procedencia es aún más antigua, ya que en diversas ocasiones se han encontrado en algunas escavaciones vasos con chufas como parte del ajuar funerario de faraones del antiguo Egipto.
En España, la Comunidad Valencia es la que lleva la bandera de la horchata.
Se dice que fue precisamente una aldeana de esta comunidad la que llevó un vaso a Jaime I, Rey de la Corona de Aragón. El monarca, al que le encandiló el sabor, preguntó que qué era aquello. La aldeana respondió que era simple leche de chufa, a lo que Jaime I contestó: "Açò no és llet, açò és or, xata!" ("Esto no es leche, esto es oro, guapa"). El juego de palabras entre "oro" y "guapa" ("or" y "xata") provocó su nombre en valenciano ("orxata", como se escribe y dice).
Hoy con este tesoro haremos natillas.
Comenzamos
Ingredientes:
1 l. de horchata.
1 rama de canela.
1 piel de limón.
30 gr. de maicena.
7 yemas de huevo.
Galletas
Canela molida.
Preparación:
Para empezar, ponemos en una olla la horchata con la rama de canela y la piel de limón. Esperamos a que hierva, retiramos, tapamos y dejamos reposar unos 5 minutos.
Por otro lado, en un bol mezclamos las yemas de los huevos y la maicena. En la receta no se contempla azúcar, pero si os gusta lo dulce, podéis añadir un poco en este momento.
Retiramos la rama de canela y la piel del limón y vertemos la horchata sobre la mezcla de huevos poquito a poco. Vamos batiendo a la vez.
Volvemos a echar todo en la olla pero pasando por un colador, para que quede lo más ligado posible.
La olla la pondremos de nuevo al fuego y la llevaremos a ebullicón (es importante que removamos todo el rato para que no se nos pegue). Esto hará que las natillas empiecen a espesar. Ese será el momento para retira la olla del fuego y servirla en recipientes individuales. Si os gustan las galletas, podéis poner una en el fonde de cada bol independiente y sobre ellas verter las natillas.
Antes de degustarla podéis expolvorear el postre con un poco de canela molida.
¡Riquísimas!
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