Zanahorias aliñadas

Hoy os propongo una receta Andaluza. Todo lo que sea fresquito y nos sirva para paliar el calor de los veranos del Sur será bienvenido en nuestra tierra.

No conozco a ningún andaluz que le haga ascos a la hora del picoteo o de la cena a un buen aliño acompañado de una cervecita. Algo que, desde luego, os animo a probar a aquellos que aún no lo hayais hecho.

Zanahorias será lo que hoy condimentemos. Y en mi caso, se unen dos motivos para no poder parar de comerlas: que me encantan los aliños y que me pirran las zanahorias.

El macerado que llevan es muy parecido al que se usa para hacer las aceitunas gordales, con la diferencia de que este plato es mucho más light, así que podéis tomarlo como aperitivo si estáis a dieta.

Como veréis a continuación, en vosotros queda si queréis usar pimentón dulce o picante. Eso dependerá de si os gusta más o menos fuerte el aliño. Yo elegí el dulce. Igual pasa con los dientes de ajo. Contando con lo amantes de su sabor que seáis, tendréis la opción de restar o aumentar su número.

Comenzamos.

   Ingredientes:
500 gr. de zanahorias.
4 dientes de ajo.
1 cucharada de orégano seco.
1 cucharada de comino.
1 cucharadita de pimentón (elegid vosotros si dulce o picante).
100 ml. de vinagre.
1 cucharadita de sal.

   Preparación:

Para empezar ponemos a calentar dos litros de agua con la sal.

Mientras pelamos las zanahorias, las lavamos y las ponemos en el agua caliente. La idea conseguir ablandarlas un poco (pero no mucho para que no se queden pochas). Cuando estén listas, las retiramos del fuego, las escurrimos y esperamos que se enfríen.

Por otro lado vamos haciendo el majado. Para ello, en un mortero ponemos los ajos pelados, el comino, el orégano, el pimentón y una pizca de sal. Debemos machacarlo todo.

Cuando las zanahorias se hayan enfriado, las cortamos en rodajas y las ponemos en una fiambrera o algo pareceido que nos permita coservarlas en la nevera tapadas. Y sobre ellas añadimos el majado.

Ya sólo queda aliñar. Con agua y vinagre a partes iguales cubrimos las zanahorias, cerramos el recipiente que hayamos elegido y lo metemos en el frigorífico un mínimo de 4 horas para que coja todo el sabor del macerado. Aunque lo ideal es hacerlas de un día para otro.

¡A disfrutarlas!