16 febrero 2013

Croquetas de pollo asado

Aquí va otra receta anti-crisis. Compramos un par de pollos asados en el supermercado, el primero nos lo comimos tal cual, pero no estaba tan rico como pensábamos, así que sabía que el segundo no iba a caer. ¿Cómo?, ¿tirar qué?. Como Pedro, niego tres veces y me pongo a darle vueltas al coco para poder aprovechar esa carne. No está la cosa como para tirar nada.
Claro, otra lasaña no iba a hacer. Pero unas croquetas si que eran buena idea. Desde antiguo, esta receta ha hecho sitio a cualquier ingrediente. La clave queda en la bechamel y todo lo demás depende de los gustos. Jamón, espinacas, pescado, marisco, lo que más os guste cabe...y ¿por qué no pollo asado?. 
Mi madre hace las croquetas con los ingredientes sólidos del puchero, y el pollo es uno de ellos. Pero en esta ocasión damos una vuelta de tuerca más y lo que añadimos no es un pollo cualquier, sino un pollo asado. Eso sí, tiene el trabajo de desmenuzar toda la carne sin que se escape hueso ni piel. Aunque, mirándolo positivamente, ésta se puede considerar una tarea antiestrés. Un consejo: desmenuzad el pollo viendo una peli (cuidado si estáis viendo La matanza de Texas) o escuchando música (la Pantoja y el pollo casan bien).
Comenzamos.



   Ingredientes:
1 pollo asado precocinado.
1 tarrina de jamón picado.
1/2 litro de leche.
50 gr. de mantequilla.
50 gr. de harina.
Sal y pimienta.

   Preparación:
Como el pollo es precocinado sólo tenemos que meterlo en el microondas y seguir las instrucciones del fabricante, que vendrán explicadas en el envoltorio. ahora queda desmenuzarlo.


Por otro lado, os recuerdo que la receta de la bechamel como salsa ya está en este blog. Aún así haremos un repaso de su preparación. Empezaremos derritiendo la mantequilla en una sartén honda y antihaderente. A continuación, añadimos toda la harina y retiramos el perol del fuego. removemos bien con una cuchara de madera buscando que no queden grumos. Volvemos a poner la sartén en el fuego (fuego medio) y vamos añadiendo poco a poco la leche y moviendo continuamente. El calor irá evaporando el líquido de la mezcla e irá tomando consistencia. Debemos buscar un termino medio, ni muy densa ni muy líquida, y conseguirlo depende de la cantidad de leche que añadamos.
Cuando tengamos lista la bechamel, añadimos al fuego el pollo y el jamón, mezclamos bien y vertemos todo en una bandeja plana (yo tuve que usar dos platos grandes porque no tengo bandejas de estas características). Dejamos reposar un par de horas y nos preparamos para "liarlas".


Cortamos la masa en cuadraditos y vamos cogiendo cada uno, los amasamos para darles forma de croqueta, y los pasamos por huevo y pan rallado. Calentamos una buena cantidad de aceite en un perol (o freidora) y freímos una vez el aceite esté bien caliente. De este modo quedarán crujientes por fuera y blanditas por dentro. O lo que es lo mismo: riquísimas.
¡Están de vicio!

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