03 marzo 2013

Albóndigas en salsa de almendras

Aunque el almendro tiene su origen en la las regiones montañosas de Asía Central, se cuenta que fueron los fenicios los que lo introducen en España a través de rutas comerciales. y a día de hoy, nuestro país es el segundo productor del mundo tras Estados Unidos.
Su fruto, la almendra, tiene multitud de propiedades tanto en su consumo oral como tópico. De hecho, en medicina el aceite de almendras es usado hasta la saciedad en tratamientos contra la psoriasis, la dermatitis o el estreñimiento.
En lo que nos compete, la nutrición, las almendras contienen vitamina B, B6, B9, tiamina y vitamina E.
Lo que si está claro es que se usa mucho en la gastronomía española, sobre todo en la repostería, ocupando parte de los ingredientes de muchas recetas tradicionales como los mazapanes o los turrones.
Nosotros hoy las usaremos en un plato salado. Un plato que está para chuparse los dedos, así que no olvidéis en pasaros por la panadería antes de comer, porque vais a necesitar pan para la salsa resultante. Asegurado.
Comenzamos. 


   Ingredientes:
PARA LAS ALBÓNDIGAS:
700 kg. de carne de cerdo picada.
1 huevo.
Perejil fresco.
50 gr. de pan mojado en leche.
1 diente de ajo.
Harina.
Sal y pimienta negra.

PARA LA SALSA:
100 gr. de almendras crudas.
3 dientes de ajo.
1 cebolla
1 vaso de vino blanco.
1 chorro de caldo de pollo.
Aceite de oliva.
Sal y pimienta.

   Preparación:
Primero haremos las albóndigas. Para ello, en un bol grande ponemos la carne picada, un buen puñado de perejil, el pan mojado en leche, sal, pimienta, el huevo y el diente de ajo bien picadito; y con nuestras propias manos mezclamos todo muy bien, amasando con cariño. La idea es que los ingredientes se liguen completamente.


A continuación, hacemos bolas de tamaño decente, pasamos cada albóndiga por harina y las refreímos en una sartén con un buen chorro de aceite de oliva.
Una vez que tengamos nuestras albóndigas listas, las reservamos y nos centraremos en la deliciosa salsa. En la misma sartén y sobre el mismo aceitito de haber frito la carne, refreímos tres dientes de ajo y las almendras. Sólo hay que tostar un poco cada ingredientes. Luego, escurrimos los ajos y las almendras, lo pasamos todo al mortero...y ¡a machacar!. Mientras, Pochamos la cebolla muy picadita.


Ya queda poquito. Ahora toca poner lo que tenemos en el mortero otra vez en la sartén, agregar las albóndigas y añadir el caldo de pollo y el vino blanco. Movemos bien para que la carne se impregne de todos los sabores y dejamos cocinar a fuego lento hasta que el líquido se evapore y quede una salsa densa.
¡Deliciosas!

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