09 enero 2014

Tarta de crema de queso con naranja

Por fin acabaron las fiestas. Y no lo digo porque no me gusten, ni mucho menos. Sino porque, a ratos por gula y a ratos por compromiso, iba a terminar explotando de tanto comer.
Atracones aparte, estos días han sido para estar con la familia, descansar un poco y para cocinar. Así, en resumen, he disfrutado muchísimo. Como decía aquel anuncio de Ikea, básicamente he ido del sofá a la cocina y de la cocina al sofá.
Para Nochebuena mis aportaciones a la cena fueron un lomo de atún mechado con salsa de pistacho y una gran New York Cheesecake, que endulzó la hora del postre. Y en Nochevieja, gracias al éxito del pescado, volví a repetir con el atún, pero esta vez lo acompañó una salsa de queso azul y alcaparras que dejó a todos con la boca abierta. Pero cambié el dulce final preparando una tarta de crema de queso con naranjas, que es la que hoy nos compete.
Me encanta toda comida que acaba con algo ácido. Por ello soy una amante declarada de la mítica Lemon Pie. En esta ocasión me decanté por la naranja, porque no todo el mundo tiene mi misma preferencia y esa fruta me pareció algo más liviana para los paladares que solo aceptan el chocolate de postre.
La tarta es muy fácil de preparar y no necesita horno, por lo que ya no hay excusas. Puede prepararse en cualquier cocina...incluso en la mía.
Comenzamos.



   Ingredientes:
150 gr. de galletas tipo Digestive.
60 gr. de mantequilla.
2 cucharadas de leche.
4 naranjas.
3 huevos.
1 sobre de gelatina neutra (o 4 láminas).
200 gr. de queso crema o requesón.
250 gr. de azúcar.
200 ml. de nata líquida (la de mayor porcentaje de masa grasa).
1 pizca de sal.

   Preparación:
Empezaremos preparando la base de nuestra tarta. Para ello, como en otras ocasiones, trituramos las galletas y las mezclamos con la mantequilla derretida y las dos cucharadas de leche. Colocaremos esa mezcla en un molde desmontable consiguiendo un suelo uniforme. Yo decidí cubrir también las paredes del molde con las galletas (como veis en las fotos), eso queda a vuestra elección. Una vez lista, reservamos en la nevera.


Ahora nos toca preparar el relleno. Lavamos y secamos 2 de las naranjas. Las rayamos y exprimimos las 4 mitades en un cazo. Pondremos a calentar el zumo y la rayadura hasta su ebullición. Y cuando llegue a ese punto de calor, retiramos del fuego y agregamos la gelatina (si la escogéis en láminas, tendréis que ponerlas a remojar en agua fría unos 5 minutos antes de usarla).
Por otro lado, batimos el queso crema juntos con 100 gr. de azúcar en un cuenco, al que a continuación añadiremos la nata, las yemas de los huevos y el zumo del cazo. Batimos todo muy bien (mejor a mano).
El tercer paso será montar las claras de los huevos con una pizquita de sal. Lo unimos a la mezcla anterior con movimientos suaves y envolventes para que no se bajen mucho y los vertemos todo en el molde sobre la base de galletas. Debemos dejar cuajar la tarta en la nevera de 4 a 5 horas para que quede perfecta.


Para la cobertura, una vez que esté sólido el relleno, lavamos las 2 naranjas restantes y las cortamos en rodajas. La idea es intentar caramelizarlas. Para ello, ponemos las rodajas en un cazo grande con el resto del azúcar y un poco de agua y cocinamos al fuego medio-alto durante 20 minutos. Después las dejamos enfriar y las escurrimos antes de usarlas.
Para terminar, desmoldamos la tarta y colocamos las naranjas cuidadosamente sobre ella.
¡El colofón perfecto para una gran comida!

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