16 marzo 2014

Panna cotta con cumbre de fresa natural confitada

La panna cotta, que en italiano viene a decir literalmente "nata cocida", es postre típico de la región italiana del Piamonte, al norte del país,  y viene a ser, como su nombre indica, crema de leche cuajada.

Tiene una textura parecida al flan pero diferente, por llevar más cantidad de lácteos y no contar con huevos entre sus ingredientes. Su elaboración es muy fácil pero su sabor es tremendamente delicioso. Y su variante casi infinitas. De chocolate, de caramelo, de ron o acompañado con el sirope que más os guste o con vuestra fruta preferida, tantas opciones como gustos.

En esta ocasión, he decidido usar unas cuantas fresas que nos regalaron hace unos días y crear una confitura natural que he colocado como corona de este postre. Y ademas, para añadirle esponjosidad y calorías, he puesto una base de bizcocho.

Éste es un postre ideal para quedar muy bien en cualquier comida que se precia, porque podréis presentarlo de muy diversas formas. E incluso en en vasitos o porciones individuales, una por comensal.

A todos les encantará, incluso a los peques de la casa. Y si no, probad a hacerla de chocolate...
Comenzamos.


   Ingredientes:
PARA LA BASE:
Trozos de bizcocho, magdalenas o sobaos.

PARA LA PANNA COTA:
400 gr. de nata líquida (mejor 35% m.g.)
40 gr. de azúcar.
1 hoja y 1/2 de gelatina en láminas.

PARA LA CUMBRE DE FRESAS:
5 fresas.
100 gr. de azúcar.

   Preparación:
Como os he contado al principio, a mi panna cotta le he colocado una base de bizcocho que le ha venido muy bien. Podéis usar trocitos de uno artesano o magdalenas o sobaitos. En mi caso, os seré sincera, usé unos bizcochitos de la marca Hacendado. Se llaman "Bocaditos, tiernos y esponjoso" y viene envueltos de tres en tres en paquetitos individuales. De este modo, como base para cada una de las panna cottas, he usado uno de esos bocaditos. Si miráis la foto, veréis el recipiente que usé. Así que trocee cada bizcocho como mejor me vino para que cubriera el fondo. Elegid primero vuestro recipiente y luego colocad la base como os convenga.



Ahora nos centraremos en "cocer la nata". En un vaso con agua fría ponemos a remojar la gelatina unos quince minutos. Y por otro lado, en un cazo calentamos la nata con los 40 gr. de azúcar. Cuando comience a hervir, lo retiramos del fuego, añadimos la gelatina bien escurrida y removemos bien con una cuchara para que no queden grumos y todo quede bien integrado.

Esa mezcla la verteremos en el recipiente o recipientes que hayamos preparado con los bizcocho.

Reservamos en la nevera y comenzamos a hacer la confitura natural de fresas. Para ello, lo primero será lavar bien las fresas y cortarlas en trocitos pequeños. Les añadimos el azúcar y las ponemos al fuego durante unos 15 minutos. Es importante que no las dejemos de vigilar y tendremos que moverlas de vez en cuando. 



Esta cumbre la añadiremos al postre una vez que la nata esté cuajada, para que no se mezcle con ella, sino que queden dos capas bien diferenciadas.

Volvemos a reservar en la nevera un mínimo de 4 horas y listo.
¡Deliciosa!

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