Hace unos días estuvimos en Rota visitando a mi cuñada y a mi hermano. A aquellos que no conozcan esos lares les diré que Rota es un municipio gaditano lleno de buena gente, buenas playas y muchas, muchas tiendas de productos americanos. El motivo es bien sencillo: en este pueblo se encuentra desde 1953 una de las bases aeronavales estadounidenses más importantes de Europa, y desde ella se controlan las actividades logísticas para operaciones militares en Europa, Norte de África y Oriente Próximo.
Entre los aldeanos hay diversidad de opiniones pero todos reconocen que su existencia trae al pueblo (y por extensión a toda la región de la Bahía gaditana) empleos y riqueza derivados del dinero que gastan los militares y ambas administraciones, la española y la estadounidense.
Entre los aldeanos hay diversidad de opiniones pero todos reconocen que su existencia trae al pueblo (y por extensión a toda la región de la Bahía gaditana) empleos y riqueza derivados del dinero que gastan los militares y ambas administraciones, la española y la estadounidense.
Cuestiones trascendentales aparte. Si nos centramos en aspectos gastronómicos he de decir que para los cocinillas como yo (y sobretodo para los reposteros) Rota es un paraíso de viandas que, por desgracia, son difíciles de encontrar en otros lugares. Existen gran cantidad de tiendas con productos americanos que salen directamente de la base y son traídos vía mar desde los Estados Unidos. Galletas, salsas, dulces, bebidas. Todo lo podéis encontrar en una visita por alguna de las calles del municipio.
En esta ocasión, nosotros nos hemos traído un bote de RICH & CREAMY, un frosting de vainilla que comercializa Betty Crocker. Quizás no sea de los productos más complicados de encontrar, pero este era, simplemente, uno de miles.
Para hacer esta receta os hará falta, ya que será la cobertura que usaremos para nuestro bizcocho. Buscadla en los grandes supermercados, es posible que ésta la encontréis allí.
En esta ocasión, nosotros nos hemos traído un bote de RICH & CREAMY, un frosting de vainilla que comercializa Betty Crocker. Quizás no sea de los productos más complicados de encontrar, pero este era, simplemente, uno de miles.
Para hacer esta receta os hará falta, ya que será la cobertura que usaremos para nuestro bizcocho. Buscadla en los grandes supermercados, es posible que ésta la encontréis allí.
Comenzamos.
Ingredientes:
1 bote de frosting de vainilla Rich & Creamy de Betty Crocker.
2 tabletas de chocolate con leche Nestle.
4 huevos.
2 tabletas de chocolate con leche Nestle.
4 huevos.
250 gr. de harina.
150 ml. de leche.
150 ml de aceite de girasol.
200 gr. de azúcar blanca.
8 gr. de azúcar vainillada (1 sobre).
1 sobre de levadura.
150 ml. de leche.
150 ml de aceite de girasol.
200 gr. de azúcar blanca.
8 gr. de azúcar vainillada (1 sobre).
1 sobre de levadura.
Preparación:
Empezaremos batiendo los huevos junto con los dos tipos de azúcar hasta conseguir una mezcla blanquecina. No está demás que vayamos precalentando el horno a 180ºC.
A esa mezcla le añadimos la leche. Batimos. Y agregamos el aceite para volver a batirlo todo.
Empezaremos batiendo los huevos junto con los dos tipos de azúcar hasta conseguir una mezcla blanquecina. No está demás que vayamos precalentando el horno a 180ºC.
A esa mezcla le añadimos la leche. Batimos. Y agregamos el aceite para volver a batirlo todo.
Por otro lado, en un bol a parte, mezclamos levadura y harina e incorporamos poco a poco al resto de ingredientes y sin dejar de batir.
Engrasamos un molde desmoldable con unas gotitas de aceite de girasol y vertemos en él la masa final.
Horneamos nuestro bizcocho a 180ºC durante 40 minutos o hasta que al pincharlo con un tenedor éste salga limpio.
Para añadir el relleno y la cobertura la pastel tendremos que esperar a que se enfríe. Una vez listo, desmoldamos el bizcocho y lo abrimos por la mitad con un corte horizontal (existen cuchillas especializadas para este tipo de cortes pero como yo no dispongo de ellas, usé un cuchillo jamonero que era el más largo que encontré en la casa).
Horneamos nuestro bizcocho a 180ºC durante 40 minutos o hasta que al pincharlo con un tenedor éste salga limpio.
Para añadir el relleno y la cobertura la pastel tendremos que esperar a que se enfríe. Una vez listo, desmoldamos el bizcocho y lo abrimos por la mitad con un corte horizontal (existen cuchillas especializadas para este tipo de cortes pero como yo no dispongo de ellas, usé un cuchillo jamonero que era el más largo que encontré en la casa).
Sobre una de las mitades incorporamos las dos tabletas de chocolate, previamente fundidas en un cazo. Cerramos a modo de sándwich y cubrimos todo el pastel con el frosting de vainilla. Es importante que éste esté a temperatura ambiente para que sea fácil de untar como si estuviéramos poniéndole mantequilla a una tostada.
Reservamos en la nevera unos 30 minutos para que el chocolate y la cobertura se endurezcan un poco y listo.
¡Os va a encantar!
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