16 junio 2020

Pollo a la Coca-cola

No conozco el secreto de la famosa fórmula de la Coca-cola, pero sí que conozco la fórmula para que el pollo quede jugoso y para que con pocos ingredientes nos salga un plato muy original.
La Coca-cola es el refresco más vendido del mundo y se comercializa en más de 200 países. Tiene una historia curiosa. Comenzó siendo una medicina patentada por su inventor, el farmacéutico John Pemberton. Pero algunos años después, la receta fue adquirida por el empresario Asa Griggs Candler, cuyas tácticas de marketing hicieron a la bebida una de las más consumidas del siglo XX.
The Coca-cola Company produce realmente un concentrado de Coca-cola, que luego vende a varias empresas embotelladoras licenciadas, las cuales mezclan el concentrado con agua filtrada y edulcorantes para, posteriormente, vender y distribuir la bebida en latas y botellas en los comercios minoristas o mayoristas. Por eso hay diferencia de sabor dependiendo del lugar en el que la bebamos. Dicen que el sabor del agua del lugar da un sabor característico a cada Coca-cola. 
Hoy no nos va servir para refrescarnos, nos va a servir para chuparnos los dedos.
¡Comenzamos!




   Ingredientes:
8 jamoncitos de pollo
1/2 cebolla
1/2 lata de Coca-cola
1 sobre de sopa de cebolla
Aceite de oliva
Sal y pimienta

   Preparación:
Para empezar, pondremos un poco de aceite de oliva en el fondo de una cacerola y sofreiremos los jamoncitos de pollo hasta que queden doraditos por todas partes. A mí me gusta cocinarlos con su piel aunque luego no la consuma, ya que el calor hace que el pollo suelte un poquito de grasa y la salsa quede más sabrosa.



A continuación, agregamos la cebolla cortada en juliana y la cocinamos durante unos 5 minutos. Seguidamente, Seguidamente, vertemos la Coca-cola y el sobre de sopa de cebolla y removemos bien para que todo quede perfectamente ligado. Añadimos sal y pimienta.



Por último, cocinamos la carne en junto con la salsa durante 20 minutos con la cacerola tapada y moviendo cada poco para que no se pegue. 
Un puré de patatas, unos ñoquis a la plancha o unas clásicas patatas fritas pueden ser el acompañamiento ideal para este plato.
¡Buen provecho!

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